viernes, agosto 05, 2005

La belleza de la simpleza.

Porque de verdad que es muy fácil suponer muchas cosas, es aun más fácil suponer lo que están pensando los demás, lo difícil es llegar a apuntarle.
Podemos suponernos en un millón de suposiciones, si acaso la redundancia es valida.
Pero jamás debemos ponernos en el puesto del otro.
Eso hace mal y al final de todo, terminamos cuestionándonos por dos.
Y si lo hecho estuvo mal, se termina uno aproblemando, acongojando, apenando y entristeciéndose por dosUno por ti y uno por mí
En el caso hay que dejar de suponerlo, hay que hacer las cosas que uno siente o quiere hacer.
Querer es poder.
Es así de simple
La belleza de la simpleza.

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