lunes, marzo 26, 2012

Domingos


De la etapa más negra de mi vida, solo tengo vagos recuerdos.
Negros en su mayoría. 
Recuerdo haber pasado semanas completas temiendo del domingo, sabiendo que la soledad entraria por todos lados y peor aun saldria desde dentro de mi y la sensación es tan mala, tan viciosa, tan deprimente…
Luego de haber pasado los ultimos 400 domingos con una persona, esperandolos, creando, saliendo, durmiendo o solo sentados frente a la television sin hacer nada, estando solos que era lo mas acompañado que podias estar y de pronto tener los domingos vacios y eternos se vuelve una carga enorme.

Querer un abrazo, necesitar un abrazo y sin embargo lo unico que tienes son tus brazos, vacios, atrapando el aire, acariciando un viejo recuerdo.
Que por supuesto no volvería.
La insoportable soledad de los domingos se hacia fuerte y de paso me hacia más debil y aunque el tiempo pasara y la carga del lunes, martes, miercoles, jueves, viernes, sabado pasara, el domingo siempre llegaba.
Hasta que entendí que el irracional miedo de los domingos que sentia no era culpa de nadie, que la soledad que duele, solo me dolia a mi y que la unica forma de enfrentar esos viejos recuerdos de anhelados abrazos era mirarme a mi mismo.
Volver a verme, a estar conmigo.
Era hora de volver a mi, porque en definitiva estar solo, sentirse solo no es más que no saber estar con uno mismo. Que al final del dia es la unica persona con la que cuentas.
Y si tenia mis brazos, bien podia abrazarme yo mismo, reencontrarme y darme la bienvenida.
El tiempo pasa como todo suele pasar, con nuevos recuerdos y armando nuevas sensaciones y hoy ese viejo sentimiento de una etapa muy oscura volvió al recuerdo y sonreí.
Sonreí por esos domingos que hicieron que los de hoy valgan la pena y tengan mucho más valor.
Gracias doy a esos domingos que me mataron tan mal.
Porque seguí cantando.