De la etapa más negra de mi vida, solo tengo vagos recuerdos.
Negros en su mayoría.
Recuerdo haber pasado semanas completas temiendo del domingo, sabiendo que la soledad entraria por todos lados y peor aun saldria desde dentro de mi y la sensación es tan mala, tan viciosa, tan deprimente…
Luego de haber pasado los ultimos 400 domingos con una persona, esperandolos, creando, saliendo, durmiendo o solo sentados frente a la television sin hacer nada, estando solos que era lo mas acompañado que podias estar y de pronto tener los domingos vacios y eternos se vuelve una carga enorme.
Querer un abrazo, necesitar un abrazo y sin embargo lo unico que tienes son tus brazos, vacios, atrapando el aire, acariciando un viejo recuerdo.
Que por supuesto no volvería.
La insoportable soledad de los domingos se hacia fuerte y de paso me hacia más debil y aunque el tiempo pasara y la carga del lunes, martes, miercoles, jueves, viernes, sabado pasara, el domingo siempre llegaba.
Hasta que entendí que el irracional miedo de los domingos que sentia no era culpa de nadie, que la soledad que duele, solo me dolia a mi y que la unica forma de enfrentar esos viejos recuerdos de anhelados abrazos era mirarme a mi mismo.
Volver a verme, a estar conmigo.
Era hora de volver a mi, porque en definitiva estar solo, sentirse solo no es más que no saber estar con uno mismo. Que al final del dia es la unica persona con la que cuentas.
Y si tenia mis brazos, bien podia abrazarme yo mismo, reencontrarme y darme la bienvenida.
El tiempo pasa como todo suele pasar, con nuevos recuerdos y armando nuevas sensaciones y hoy ese viejo sentimiento de una etapa muy oscura volvió al recuerdo y sonreí.
Sonreí por esos domingos que hicieron que los de hoy valgan la pena y tengan mucho más valor.
Gracias doy a esos domingos que me mataron tan mal.
Porque seguí cantando.
2 comentarios:
Escribí algo muy similar hace poco... un "a mí misma" que era para un yo que estaba en un momento negro. Quizás estoy tratando de encontrarme todavía porque fue reciente y además (siempre me acuerdo de una frase que me respondió en un tuit una vez y que me quedó dando vueltas) "quizás siempre se está más perdido que encontrado". Es bonito volver a mirarse, no sé si eso haga que, finalmente, los domingos sean felices o distintos. A veces, he pensado resignarme a que los domingos siempre tendrán ese dominio especial con la nostalgia de uno, un extraño 'algo' que traerá consigo todos los recuerdos, pero al menos hacer que los domingos sean llevaderos y que aseguren cierta paz para hacer que aflore una sonrisa sencillamente al estar con uno mismo, pienso que es bonito, pienso que es necesario y pienso que es difícil...
Gracias por escribir este texto, necesitaba hacer una reflexión como esta. Un saludo.
Los domingos no solo te duelen a ti, a veces siento que los domingos duelen sólo como ellos saben doler y es un dolor que no es solo dolor de soledad (no se te olvide que el viernes me debes un cafe)
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