sábado, julio 22, 2006

En el metro

Hay veces en que te puedes encontrar con cosas extrañas en situaciones extrañas.
En lugares extraños.
Siempre pensé que el metro era un lugar asi.
Extraño.

El subsuelo, sin luz solar, nadie te conoce, no volveras a ver a quien tienes al lado quizas jamás.
Alguna vez uno se topa con gente que ve en la tele.
Algun actor o director de esos que no andan en autos (Si, hay algunos que aun quedan por ahi con la pasion del teatro intacta).

Hasta algun personero de gobuierno amando a Chile y sus recursos.

Cortazar tenia un cuento de una cofradia en el metro. Eso sonaba muy interesante. Personas que vivian en el metro.

El otro dia me topé con un señor que hablaba con acento extraño me preguntó por una estación y yo se la indiqué.
El caso es que empezó a hablarme de cuando el era joves (como lo hacen los viejos) y su vida en su pais que no era este (ahi relacione lo del acento) y habló algo de la magia de los arcoiris, de sus colores y significados, me habló de la buena suerte y me mostró una moneda que el guardaba como amuleto de la buena suerte.
La moneda era dorada (me atrevo a decir que era de oro) y tenia una inscripcion en un idioma que no conozco. eso y un arcoiris en la otra cara.
Me hablaba de lo lindo de la vida y de la magia de las cosas (me hubiera encantado que mi hermana estuviera ahi) del dia a dia y volvió al tema de los arcoiris cruzando el cielo con sus colores magicos y encantados.
Sus ojos brillaban con cada relato y yo solo lo escuchaba, estaba claramente emocionado contandome sus historias de otros tiempos.

Al fin llegamos a su estación.

"Tendras buena suerte" me dijo "Eso te lo puedo asegurar".
Me dio las buenas tardes y me dejó una sensacion extraña cuando se bajó.
Ahora puedo asegurar que el señor era un duende irlandes.
Alcance a fotografiarlo para que lo vieran.

"si no le saco una foto, esto no me lo cree nadie" dije.

Era un duende magico irlandes, viviendo sus años de vejez en el ultimo pais del planeta en donde nada parece ser tan extraño.

lunes, julio 17, 2006

El Fito sin final

Habia un auto en la esquina de mi casa.
Botado, pudriendose por dentro.
Los niños lo usaban de arco en verano y los perros lo meaban en invierno.
No era un gran auto.
Un Fiat 600, azul o rojo o ambos, no lo recuerdo.
Gastado y oxidado.
Era mucho màs facil que lo vendieran por fierro.
Los vecinos decian que afeaba el barrio, que lo sacaran, que no lo querian ahi.
Los niños ya no tan niños saltaban sobre la pobre carcacha estacionada desde hace tanto tiempo atras.
Y el auto seguia ahi, inmovil, intacto, botado y oxidado.
Un verano de esos calurosos, mientras apaleabamos el calor con cubos rojos y abriendo grifos, se llevaron el fiat.

Nadie supo en que momento.
Solo desapareció.
De un instante a otro ya no estaba.
Pestañeamos y desapareció.
Nadie nunca supo que se hizo el auto y pasó al olvido.

Bueno, casi.

(No falta el idiota nostalgico que me hace recordarlo de cuando en vez)

lunes, julio 10, 2006

Ego

Como dijo el caballero...


Andy Warhol...
Esto es para alimentar el ego, tan desgastado en estos dias.
Lo digo, solo es ego.
Maldita sea.
"Todos merecen tener 15 minutos de fama"
El caso es que si yo realmente merezco 15 minutos.

Soy un maldito imbecil.

Y solo para alimentar el Ego, ahi van los mios.

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