viernes, octubre 28, 2005

Quedense con el vuelto

Nos costó puteadas a los asistentes del tipo...
"Canten Muertos!!!!!"
"Canta fuerte Hueon!!!!!!!!"

Nos costó cancioncitas originales e ironicas...

" Que si que no que si que no, que si que no... la aplanadora del rock&roll, Charly Garcia y la puta que lo parió !!!!!!"
"Una mas y no hueviamos más"
"ohhhhh, charly no se va.... no se va, no se va, Charly no se vaaaaaa...."
"ohhhhh, Charly ya se fue... ya se fue, ya se fue, Charly ya se fueeeee..."
"ohhhhh, Charly nos cagó... Nos cagó, nos cagó, charly nos cagoooooó..."

Nos costó 16 lukas la entrada.
Nos costó bancarnos dos años sin ver a charly, desde el concierto del influencia en el Chile.
Nos costó hacer cantar a los niñitos Abc1 y sus camisitas tommy.
Nos costó 30 minutos de canticos, puteadas, cervezas, saltos y chuchadas.
Nos costó... de verdad, puta que nos costó...

Y el tipo salió.

Y cantó e hizo un show que podria haber valido 60 lukas, hizo un show como si estuviera en obras, hizo un show para el par de tipos que estaban en medio de la pista y que cantaron y que lo pidieron y que se hicieron mierda la garganta, para que ese par de tipos siguieran cantando.

Nos costó mucho, pero el tipo flaco de allá salió y cantó y nos pagó.
Al final del concierto nos dijo....

" Hey pibes...."

"Quedense con el vuelto"

Con mi Troll nos miramos, clickeamos las chelas y nos dimos por pagados.

Luego nos fuimos...

Tomamos nuestras cosas, recogimos la garganta que estaba en el suelo y salimos por la puerta más grande que habia en el local.

Salimos con los bolsillos llenos.

El vuelto igual era harto.

Say no more, troll.

sábado, octubre 22, 2005

Googleando un recuerdo

Hay gente que uno piensa que jamas volveria a ver en la vida.
Gente que tuviste buena onda por aqui o por allá en algun lugar coincide.
Y uno piensa que son los mas en esta vida, que los vas a encontrar siempre y terminas dandote cuenta que no fueron mas de uno o dos.
Como Jesse y Celine en antes del amanecer.
"Te preguntas y que habrá sido de..." y lo mas seguro es que hayas puesto su nombre o su nick en el google.
Te googleaste un recuerdo.
lo más probable es que no lo encuentres o te salgan millones de personas que jamas pensaste que se llamaran igual.
Doctores, ingenieros, gordos, flacos, ciudades, gatos, perros, empresas...
Pero tu recuerdo no estaba.
Y no importaba tanto, pero tenias la ilusion de que al menos por casualidad estuviera en la red.
y cierras el buscador y continuas con tu vida, quizas despues de un suspiro por el recuerdo.

Galeano escribió una vez:

"¿Quiénes son mis contemporáneos? -se pregunta Juan Gelman.
Juan dice que a veces se cruza con hombres que huelen a miedo, en Buenos Aires, París o donde sea, y siente que esos hombres no son sus contemporáneos.
Pero hay un chino que hace miles de años escribió un poema, acerca de un pastor de cabras que está lejísimo de la mujer amada y sin embargo puede escuchar, en medio de la noche, en medio de la nieve, el rumor del peine en su pelo; y leyendo ese remoto poema, Juan comprueba que sí, que ellos sí: que ese poeta, ese pastor y esa mujer son sus contemporáneos."

Entonces uno aqui sentado, dandole vueltas un nombre en un buscador, quizas no se le ocurre pensar que tu recuerdo tambien está al otro lado de la pantalla googleandote a ti tambien.

miércoles, octubre 19, 2005

La buena educacion

Sigo tomando las mismas micros a las mismas horas, con el mismo pase escolar.
Algunas micros cambiaron y ya no tengio que ayudar a subir o a bajar a las señoras regordetas de la escalinata.
Los busses son mas bajitos.
Algunos dicen que son las ruedas, otros qu el piso bajo.
Da lo mismo.
Hoy me subi a una micro, una amarilla, pero de las bajas.
Antes de que el chofer me pusiera "fishface" por el pase escolar me dijo....

"Buenas noches, paga estudiante?"

Cresta, me cagò.

"buenas noches - respondi- si, señor estudiante.

"Muy bien" (cortó el boleto me lo entrego y me invito a pasar)

Me senté entre sorprendido y muerto de la risa....

Los buses verdes del nuevo plan de transporte publico "transantiago" (Idea traida de colombia donde se llama "transbogotá" -Vaya creativos-) ya presentaron su primer problema. No caben por el paso nivel de bandera, bajo la alameda, la principal arteria santiaguina.
Un fiasco.

Pero eso es absolutamente bancable, si los choferes de micros antes de empezar con la marcha blanca ya estan dando los buenos dias....

Es fantastico.
No deberia sorprenderme, pero no me lo puedo sacar de la cabeza.

domingo, octubre 16, 2005

Sabina ( O Selina, como gatubela)


Hay ciertos libros a los que vuelvo cada cierto tiempo.


trato de comprarme libros, de leer cosas nuevas, de ver cosas que no son conocidas.


Claro, por ahi me topó con cosas que son mejor no leer y a veces descubró cosas que me dejan pasmado.


Descubrí libros entretenidos y autores que ahora sigo con posesion casi magnetica, hay temas con los que no conjugo nada y que me perdone el señor weiss o el señor coehlo o el señor cuautemoc (y podria seguir), pero sus libros me producen asco.


Por ahi los libros estan muriendo y con los e-book mis ojos estan cada dia mas gastados.


por ahi, no es necesario que la antintelectualidad mate los libros, los está matando el precio.


Por eso vuelvo a ciertos libros. Y hay uno, que me revuelve y me hace volver a el, uno que tengo pegado en los ojos y lo lleno de imagenes.


y esta imagen me la debia hace rato, aunque muchos digan que cada vez que vuelvo a leerlo, me pongo más grave.


Esta imagen no me la sacó de la cabeza.


Ella es Sabina, esta mirandose al espejo, en el departamento de tomas, si no recuerdo mal (por favor, corrijanme si algo olvido) y solo lleva puesto un sombrero.


Es la esencia del texto a mi parecer.


Es simple y especial, es completa, amante, irreal, independiente, honesta consigo misma, pura, entera, consecuente.

Esta chica rechaza lo que ya ha conseguido, como todos un poco.


Me debia una imagen que vi en unas letras.


Suena extraño.


Pero nadie dijo que el mundo no lo fuera.

martes, octubre 04, 2005

Mi madre come calcetines



La descubrí el otro día, mientras vaciaba el canasto de la ropa sucia en la lavadora.
Mi padre lo sabia desde mucho antes y nos lo advirtió un día y ese día nos reímos tanto de él que casi me salieron calugas en la panza.
Ahora lo entiendo a el y lo entiendo todo.
Mi madre me dice llorando que no se podía aguantar la tentación, que le gustaba comer calcetines, ella no los cocinaba, los deshilachaba una a una cada hebra y se las echaba a la boca, masticándola cada vez con mas facilidad.
Ella lloraba mientras me contaba todo eso y yo no podía aguantar la risa, ella me contaba el secreto mejor guardado en toda su vida y yo que no me podía aguantar la risa, si esto lo supiera mi padre, nos reiríamos tanto juntos, como de el ese día.
Ella me contaba, sentada en una silla puesta en la cocina para tomar desayuno en la mañana, que desde niña comía calcetines.
Prefería los de colegio, porque eran azules y gruesos, pero ahora que ya nadie estaba en el colegio se conformaba con los de hilo de mi padre o con los grandes deportivos míos.
Le gustaba el algodón entre sus dientes, le gustaba sentir el color dulzor del verde o el amargo cáliz del amarillo, no prefería marcas, solo distinguía colores.
Los colorantes de los calcetines eran su debilidad, no podía negarlo ni tampoco guardar el secreto mucho tiempo.
Ella lloraba y yo me tenía mis sentimientos tan encontrados, mi madre reconocía su afición por los calcetines, llorando y yo de pie junto a ella a punto de explotar de la risa.
Al fin solo atine a abrasarla, a dejar que se consolara a su manera, aún lloraba con ese hipo que suelen tener los niños, se calmó cuando le serví una taza de té.
Quedamos en que compraríamos calcetines especialmente para ella, los elegiríamos, escogeriamops los que traen 100% algodón y ojalá con muchos colores, y quedamos en que no comería más de dos pares a la semana. Por su salud.
Me acarició y me pidió perdón por tantos pares de calcetines perdidos en este tiempo, en todo este tiempo. Le dije que ya no importaban y le pregunté por mis calcetines chilotes que una vez traje de un mochileo, me confesó que también se los había comido.
Sonreí y sonreímos juntos y cuando mi padre llegó se sentó junto a nosotros, sirviéndose el también una taza de té, contándonos como le fue en el trabajo.
Nos reímos todos hasta tarde en la noche, hasta muy tarde y había que ir a dormir.
Me despedí de mi madre con un gesto de complicidad. Éramos ahora un poco más que una madre y un hijo, nos unía una gran cantidad de calcetines.
Mientras me acostaba me pregunté donde estaría mi chaleco verde que mi Hermana tomó por la mañana.
Me dormí tranquilo, mi madre lo encontraría mañana, ella siempre sabe donde están las cosas, incluso los calcetines perdidos.